El pasado 12 de octubre, celebrábamos nuestra Peregrinación Extraordinaria al Rocío, este año, por segunda vez, dirigiendo nuestros pasos hasta la Parroquia de la Asunción de Almonte. Nuestro bendito Simpecado tuvo el privilegio de pasar la noche en la iglesia, junto a nuestra Santísima Madre, la Virgen del Rocío, ya que nuestra Casa Hermandad permaneció cerrada debido a las restricciones sanitarias.
La crisis generada por la COVID-19, que se ha venido agravando después del verano, ha obligado a la Hermandad Matriz a adoptar las estrictas medidas, impuestas por las autoridades competentes, decretando el aforo limitado en la iglesia, distanciamiento social, uso de mascarillas y la imposibilidad de contar con los coros en las ceremonias, entre otras medidas.
“Atrás quedaron los días, que por mayo caminaban, el susurro del invierno se llevó la Romería”. Aunque la melodía resonaba en nuestros corazones, este año no se oyó Rocío de Otoño en las voces del coro mientras el Simpecado de Sevilla accedía por el pasillo central hasta el altar. Pero si se cumplió la promesa de sus versos “…solo con el alma llena de amores para la Reina”. Y con ese amor asistieron a la misa la mayor parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Sevilla y los hermanos que, desde muy temprano, hicieron cola para encontrar asiento en la parroquia y arropar a su Simpecado. La flauta y el tamboril de Manolo, nuestro tamborilero, pusieron la nota emotiva en la ceremonia, trasladándonos a otros momentos vividos, al camino, al Quema o a la ermita, con los sones de Rocío, Rocío, el Himno de la Coronación o Brisa marismeña.
Dada la limitación de aforo en la Parroquia de la Asunción, la Hermandad Matriz transmitió la Santa Misa por streaming, como viene haciéndolo desde que comenzaron las peregrinaciones extraordinarias. A través de su canal de YouTube y Facebook, muchos hermanos pudieron seguir la ceremonia en directo. Del mismo modo, los hermanos que se encontraban en la aldea del Rocío, pudieron seguir la misa a través de la pantalla que hay instalada en el interior de la ermita.
Como nos trasmitía nuestro Hermano Mayor en su última carta, “estamos viviendo una situación inédita, muy dura. Son momentos que nos obligan a tomar decisiones drásticas tanto en la vida social como en los aspectos económicos de nuestra Hermandad. Pero estas desgraciadas circunstancias lo que no van a afectar es a lo esencial de nuestra Hermandad, que es nuestra fe a la Virgen del Rocío y a su Divino Hijo. Esta fe es nuestro pilar, nuestro bastión, nuestro cimiento al que estamos firmemente anclados y que hará que nuestra Hermandad no sólo permanezca inalterable en su esencia y principios, sino que, seguro, saldrá más unida y reforzada de estos tiempos que nos ha tocado vivir”.
Y de algún modo, hemos sido afortunados por poder pasar un 12 de octubre más a las plantas de nuestra Blanca Paloma. Solo 9 días después, la junta de gobierno de la Hermandad Matriz de Almonte, ante el importante ascenso de casos confirmados por Covid-19 en la comarca del Condado y toda Andalucía, ha suspendido temporalmente el calendario de peregrinaciones extraordinarias de las hermandades ante la Virgen del Rocío, por responsabilidad.
Rezamos a nuestra Madre para que nos proteja en estos duros meses que nos quedan por delante, que salvaguarde nuestra salud y la de los nuestros y nos permita volver a sus plantas nuevamente, como antes, como siempre.