El grupo de jóvenes y responsables de la Diputación de Juventud que los acompañan, han llegado hoy hasta la plaza del Obradoiro y han cumplido con la tradición de besar al Apostol Santiago despues de días de duro, pero emocionante camino.

La mañana había comenzado con la celebración de la Santa Misa en Ribadiso, al aire libre, junto a un grupo de italianos y cantada por nuestros jóvenes. La alegría de llegar al final del camino se fue haciendo patente conforme el grupo entraba en Santiago y cantaba plegarias y sevillanas por la calles del centro de la localidad hasta llegar hasta el corazón de la ciudad compostelana, tras 6 jornadas de camino.

El 24 de agosto la juventud de nuestra Hermandad, había comenzado su Camino de Santiago desde la población lucense de Sarria. Un feliz camino que ha sido una experiencia inolvidable para estos jóvenes hermanos, como ellos mismos nos cuentan.

Es difícil explicar lo vivido en este camino tan especial y más aún si hablamos de intentar transmitir sentimientos indescriptibles. De este camino me quedo con millones de momentos que nunca  cam biaría. Sin duda, para mí y creo que también para todos los que fuimos, fue una experiencia inolvida- ble. Me quedo con pequeños momentos, pero importantes, como, por ejemplo, al llegar al Santo, el tradicional abrazo de peregrinos. Este es quizás uno de los momentos que mas destaco, por el simple hecho de que nunca pensé que podría llegar a hacer este camino y mucho menos aún con mis amigos y juventud de mi Hermandad de Sevilla.

Mi camino fue duro, pero dio tiempo a todo: disfrutar, cantar,  descubrir  nuevos  paisajes, rezar e incluso venirme abajo en algunas de las difíciles etapas. Sin lugar a duda, no podría haber terminado este camino sin el apoyo de todos.

Otro momento especial, fue la llegada a Santiago, donde estuvimos cantando sin parar y con mucha alegría de haber podido llegar a nuestro objetivo. Sin dejar atrás los vivas de la Hermandad, de Santiago y de la Virgen que fueron pura alegría y que hizo que todos nos viniéramos arriba sin parar de ondear las dos banderas que llevábamos, una de España y otra con el escudo de la Hermandad, de la cual estamos tan orgullosos.

Como anécdota importante me quedo con la eucaristía que tanto me sorprendió que nos invitaron en Arzúa, en la tercera etapa. En la que hizo que todos nos uniéramos aún más y recordar siempre nuestra Fé hacia la Madre de Dios, la Virgen del Rocío, siempre teniendo en cuenta su presencia desde el lugar donde estemos.

Marta Galán, miembro del grupo joven de la Hermandad
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