Vivimos en la ciudad no sólo de la luz, sino del color. Sevilla deslumbra y vibra por su monumentalidad y por la paleta que descubrimos en sus calles, recortadas por ese azul de un cielo mariano. Y permítanme que diga, dónde late el corazón que tiñe de coral su fachada, dando nombre a una plaza, del Salvador, joyero de esta ciudad que guarda el arte hecho devoción.


Y es así como empiezo mi historia, síntesis de un lugar, convertido en color que se hace fondo tan identificativo, para envolver y realzar esta centenaria imagen de la Santísima Virgen del Rocío. Una imagen que nació de la fe y para y por el amor, y cuya devoción daría fruto a este lado del río a una Hermandad con personalidad y estilo propio, señorial, alegre y que se abre camino a la Ermita a los pies de la Giralda. La Hermandad del Rocío de Sevilla, Rocío del Salvador.
La imagen preside la obra, las fechas nos trasladan a los lugares, representados en esquemáticos perfiles que junto con la tipología textual enmarcan a la Stma Virgen, creando la ilusión de un 22 de diciembre en el que llena de gracia las calles con sones de campanilleros. Aportan color y vida las aves de cada entorno, golondrinas en la Aldea y palomas en el Salvador.


Un soplo de vida, explosión de Fe, pasión por una devoción, alegría y celebración de un centenario a través del color. Así he pretendido contarlo y llegar a todos y cada uno de los hermanos y sevillanos que hoy estamos de celebración.

Este es el cartel conmemorativo del Centenario de la hechura y llegada de la Virgen del Rocío a la Colegial del Salvador.

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