Parte del equipo de Caridad conoció, de la mano del director del centro educativo, la realidad que viven los niños del barrio con los que colaboramos durante todo el año

El pasado 9 de septiembre, con motivo del comienzo del curso escolar, Rafael Maqueda, director del CEIP Nuestra Señora de la Paz en las 3.000 viviendas, organizó un paseo por el barrio para aquellas entidades y organizaciones que colaboran con el centro educativo durante todo el año e incluso, para los nuevos profesores del colegio que se incorporan. Se trata de acercar a estas personas a la realidad diaria que vive la población, especialmente los niños, de la zona. Parte del equipo de Caridad de nuestra Hermandad fue invitado a esta visita. Isa Bustos, Mª Carmen Capacete ‘Yaya’ y Juan Pablo Vazquez, que han querido compartir esta reflexión con todos:

Nuestra visita al barrio de las Letanías y las 3.000 Viviendas como monitores de las Colonias de la Hermandad nos ofreció una perspectiva sobre las distintas realidades que conviven en nuestra ciudad. Acostumbrados a rodearnos de personas y familias que cuentan con los recursos necesarios para poder ofrecer un entorno seguro y estable a sus hijos, como nosotros, descubrimos la dura realidad de familias que tienen que superar día tras día desafíos en unas condiciones desfavorables.

Durante nuestra visita, fuimos testigos de la falta de oportunidades que tienen muchas familias, y de cómo esto afecta especialmente a la infancia de muchos niños y niñas, lo que limita su acceso a una educación y un desarrollo como el de cualquier niño.

Para los monitores que fuimos a la ruta guiada que nos ofreció Rafa, el director del colegio Nuestra Señora de la Paz, fue un choque de realidad que nos enseñó y recordó las tan importantes desigualdades sociales que, a menudo, olvidamos y pasan desapercibidas. A pesar de las dificultades, nos reconfortó la fuerza y la esperanza de las personas que conocimos, quienes, con mucho trabajo, esfuerzo y superación, tratan de buscar lo mejor para sus hijos y familiares, a pesar de que sus condiciones resulten duras al mirar hacia un futuro mejor.

Esta experiencia nos enseñó que, aunque vivamos en la misma ciudad, existen realidades muy distintas, y que es muy importante dejar los prejuicios a un lado y tener el compromiso y la empatía para construir un futuro más justo y favorable para todas esas personas que luchan por salir adelante y esos niños que no pueden tener la infancia y adolescencia que merecen.

Juan Pablo Vázquez

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