El pasado sábado 17 de septiembre, nuestra Hermandad cerraba los actos conmemorativos del centenario de la hechura y llegada de Nuestra Madre del Rocío a la Iglesia del Salvador, con una misa solemne, oficiada por el Arzobispo de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses, en el altar mayor de la Colegial del Salvador.

Numerosas autoridades acompañaron a nuestra corporación en esta señalada fecha, que ha puesto el broche de oro a un año especial para la Hermandad de Sevilla. Entre los presentes, el Teniente General Jefe de las Fuerzas Terrestres, Coronel Jefe de Andalucía, la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, el delegado de las hermandades del Rocío del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, los hermanos mayores de las hermandades rocieras de la ciudad, además de representaciones de la Hermandad de Pasión, Archicofradía del Amor, Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua, Hermandad sacramental de San Bernardo, Hermandad de la Redención, Real Hermandad Servita, junta de gobierno y hermanos del Rocío de Sevilla y fieles en general, que llenaron la Colegial.

El Arzobispo de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses, acompañado por el rector de la Colegial y director espiritual de la Hermandad, D. Eloy Caracuel, ofició una misa para el recuerdo, cantada por el coro de nuestra corporación, que sobrecogió a los presentes, especialmente en el momento de la interpretación del himno del centenario, Cien años de Amor, compuesto por Josemi Muñoz, emocionando a los presentes: “pasarán otras cien primaveras, otras cien romerías y Sevilla, a tu vera. Soñarán, toda una vida entera, con decir tu nombre”.

Nuestra Madre del Rocío presidía el altar, para tan señalada efeméride, bajo un imponente pabellón de terciopelo carmesí, rematado por la señorial corona cedida por la Hermandad de Nuestra Señora de Valme. Flores en tonos buganvilla hicieron el contraste con las ráfagas de puntas, corona a juego, media luna plateada y cetro en metal plateado donadas por los hermanos de Sevilla al comienzo del centenario, rescatando una estampa de hace ya un siglo, como hace 100 años la conociera Sevilla y la Iglesia del Salvador. Y en las manos de Nuestra Madre, la Rosa de Pasión de los donantes de órganos y su Bendito Hijo, el Divino Pastorcillo, también ataviado con atributos plateados que fueron donados por el coro infantil de la Hermandad de Sevilla.

Cien años desde que el médico D. Antonio Leyva, recuperara su fe perdida al contemplar a la Virgen del Rocío en la aldea almonteña, a donde acudió invitado por su amigo el empresario y ganadero sevillano José Atanasio Martin. Considerándose en deuda con él, Leyva encargó a José Gallego Muñoz, escultor y tallista, con taller en la calle Céspedes, una réplica de la Virgen del Rocío a tamaño real para el oratorio privado de la casa de los Martín Carmona. Tras la boda de su hija Rocío en 1922, y tras ser complicado el tamaño de la talla para los oratorios de la familia, el ganadero habla con el párroco del Salvador, D. Juan Luís de Cózar y Lázaro (al cual le unía una gran amistad) para llevar y poder rendir culto a la Virgen en la Colegial del Salvador. Bendito momento que hizo nacer la semilla rociera en toda la feligresía para ser germen de nuestra hermandad y de nuestra devoción.

Cien años de fe, cien años de amor.

¡Viva la Virgen del Rocío!

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